Donde esté el ciclismo... Ya se sabe. Muchos kilómetros, escaramuzas, ataques y si es montaña, escapados y su es llano sprint. Y nadie sufre por mucho que el Euskaltel se deprima. Además no baja a Segunda. El fútbol es otra cosa. Marca Aduriz, -que ha sido el gran descubrimiento, y, por qué no, el gran acierto de Lamikiz con sus seis goles desde que llegó en diciembre-. Marca, digo, y donde antes había cierta tranquilidad, unida a un indisimulado fatalismo, se imponen los nervios y la intranquilidad. Si antes imperaba la resignación ahora gana la ansiedad.
Y así parece ser domingo tras domingo. A ver si en esta semana tan larga y con tanto partido en San Mamés se puede arreglar la cosa un poco. El apaño de encadenar cuatro (sí, ¡CUATRO!) triunfos consecutivos serviría para eliminar muchos fantasmas, para que los seguidores respiraran, los futbolistas se desbloqueran, el entrenador se callara y el presidente, que se está quedando en los huesos, engordara un poco a base de puntos que le hicieran recuperar el apetito.
¿Será el cuento de la lechera? Al menos, de momento, se ha cumplido la mitad del objetivo y hasta la Real está por debajo del Athletic.Viene el miércoles a las ocho el Espanyol sin Tamudo y el sábado Osasuna, que tanto asusta esta temporada. Claro que un triunfo frente al equipo de Lotina facilitaría bastante la tarea para tres días después.
Al final va a ser cierto que la llegada al Athletic del ex televisivo y rojiblanco de pro, Julio Ibarra, ha servido para que el equipo empiece a ver la luz al final del túnel. En algo habrá ayudado la experiencia de trabajar en el Metro durante los últimos meses.Se supone que su misión consistirá, entre otras cosas, en decirle al presidente cuando es conveniente que salga a la palestra, y aconsejar al entrenador, si se deja, lo que es futbolísticamente correcto o no en una sala de prensa.
Posiblemente Julio lo tendrá más difícil en esta segunda tarea, porque Clemente es bravo, y autodidacta, y es complicado doblegarle por muchas tablas que Ibarra tenga delante de los micrófonos. Claro que al aficionado rojiblanco eso le trae al pairo mientras se cumpla el sueño de la lechera de los cuatro partidos ganados en la semana más importante de la temporada que puede ser fantástica a poco que ayuden los marcadores.
Aún así, el ciclismo es un deporte más tranquilo. Lo recomiendo si les asustan las emociones fuertes. Que el Athletic sigue siendo no apto para cardiacos.
Artículo publicado el 20 de marzo de 2006, cuando el Athletic pasaba apuros clasificatorios con Javier Clemente en el banquillo de San Mamés.