Mister Pentland, el prisionero / 8
En el aspecto periodístico, los artículos de Frederick Beaconsfield Pentland se publicaron asiduamente en las diferentes revistas que se imprimieron en el recinto de Ruhleben, un internado obligatorio, que se fue convirtiendo, poco a poco y pese a las penurias casi en una ciudad inglesa en pleno territorio de Alemania. Sus reflexiones siguen teniendo vigencia en el fútbol actual. Además de describir las escenas de los partidos, reflejar todos los datos de las competiciones, desmenuzar una a una las biografías de todos los jugadores que tomaron parte en las ligas internas y plasmar las reglas de los torneos, el que sería después el más destacado entrenador en España entre los años veinte y treinta del siglo XX, apuntaba ideas como la siguiente, en las páginas del Handbook of Ruhleben FA. "Los partidos se ganan en los terrenos de juego, no en los barracones. Recuerdo, hace algunos años, que un equipo inglés tenía un partido muy importante que jugar. La noche anterior a la batalla, los dirigentes del club llamaron a los jugadores con la idea de organizar un plan de acción para el día siguiente. Utilizaron una pizarra y a varios hombres para mostrar los planes de defensa y ataque. El resultado de los ejercicios fue que el equipo ganó 6-0 sobre el encerado. Pero en el partido, sus oponentes les batieron con facilidad. El directivo responsable de la victoria sobre la pizarra les preguntó a los jugadores el por qué no habían seguido los movimientos planeados la noche anterior. 'Porque nuestros rivales no han jugado de la forma en que nosotros decidimos que debían hacerlo'. Y este es el secreto del fútbol: la capacidad de captar la forma y las ideas de los oponentes y jugar en consecuencia. Por tanto, es necesario conocer muchas maneras de hacer lo mismo y ser capaz de poner en práctica el más adecuado para cada momento".
El trabajo realizado por Fred Pentland resultó sensacional. Contribuyó a preservar los nombres de los 453 jugadores que tomaron parte en la competición de fútbol. Cada uno de ellos figura en la exhaustiva relación elaborada para el libro, con su nombre, apellido, lugar y fecha de nacimiento, profesión, dirección y lugar en el que fueron arrestados. Desde Steve Bloomer, que aparece el primero de la lista como capitán del Barracón número 1, hasta Harold F. Hamlyn, un comerciante de Sutton, que nació en Londres en 1888 y que fue detenido en los muelles del puerto de Hamburgo, la lista es un compendio fundamental para comprender parte de la vida en Ruhleben, porque más de una décima parte de los habitantes del campo participó en las competiciones y gracias al fútbol, muchos de ellos encontraron un medio de salir de la rutina y mantenerse en una condición física aceptable.
Quienes estuvieron allí lo agradecieron después. Tom Sullivan, campeón de remo de Inglaterra, que fue arrestado en Berlín y compartió barracón con Pentland, relataba, tras ser liberado el 18 de marzo de 1918, en declaraciones al Western Daily Press de Bristol que "durante los tres años viví en un establo y dormí en el pesebre de un caballo". Pese a ello, atribuía su excelente forma física "a las posibilidades de hacer deporte que todos agradecíamos. Algunos de nuestros futbolistas más conocidos están internados allí. Fred Pentland, Steve Bloomer, Brearley, Wolstenholme y otros. Estos antiguos profesionales han dedicado muchísimo tiempo para adiestrar y ayudar a los jóvenes en las peores competiciones invernales, siempre tomando parte ellos mismos en el juego".
La revista mensual del campo de concentración de Ruhleben se hacía eco a menudo de las competiciones organizadas por la asociación de fútbol, y cedía sus páginas a la pluma de Fred Pentland que comenzó así una costumbre que después extendería a sus años como entrenador en España, la de escribir artículos periodísticos. Apuntaba en uno de los primeros cómo el fútbol había servido para que el tiempo pasara más rápido en la monotonía del encierro. "Atravesaba hace algunos días nuestro Trafalgar Square, cuando una persona del barracón 9 me preguntó si podría reservar el campo de fútbol para el 1 de octubre siguiente. Resultaba una petición extraña y otro hombre que escuchó la conversación replicó: ¿Octubre? Tal vez estemos en casa a esas alturas. Y es que para todas las personas interesadas en el deporte, los días vuelan. Pasan mucho más rápidos, tanto es así que sin darnos cuenta, estaremos metidos de lleno en medio de la emoción de nuestra segunda temporada de fútbol".
Continúa Pentland: "La mente vuelve atrás a aquella noche de marzo en la que el capitán Powell, en uno de los populares conciertos de Mister Day, anunció el permiso para utilizar el centro del hipódromo para hacer deporte. El espíritu deportivo del británico fue evidenciado por el magnífico rugido de aprobación que recibió la noticia. Inmediatamente se puso en marcha un movimiento para organizar el fútbol con una estructura parecida a como si estuviéramos en casa. Se formó una asociación con un delegado por cada barracón. Tuvimos la maravillosa fortuna de contar entre nosotros con John Cameron, el antiguo mánager del Tottenham Hotspur, que se convirtió en nuestro secretario. Con su experto conocimiento y su encantador tacto, el éxito de la aventura era la conclusión inevitable".
Después, Pentland explica la organización de la Liga y detalla los tres partidos "internacionales" que se disputaron en el recinto durante la celebración del campeonato entre Inglaterra y el "resto". El mismo formó parte del equipo de Inglaterra en los partidos del 28 de marzo y el 2 de mayo, aunque no participó en el del 19 de abril, en el que tampoco actuaron los demás jugadores profesionales ingleses del campo. Dicho partido lo perdió Inglaterra por 4-3. Fue memorable, según Pentland, porque a falta de diez minutos, el equipo del resto del campo perdía 3-1 y anotó tres tantos en ese periodo. "La exhibición de fútbol fue respondida por una gran ovación del numeroso público que asistió al partido". Ese espectáculo dio pie al choque del 2 de mayo en el que los equipos formaron así:
Inglaterra: Palin; Lithgow, Heath; Brearley, Wolstenholme, Warner; Pentland, Bloomer (capitán), Burnhill, Perry y Maw.
Resto: Mills; Owens, Stewart (capitán); Dugdale, Quinn, Weiss; Collinson, Owens, Falck, Garden y Davies.
El partido se jugó bajo una intensa lluvia, pero aún así se congregó un gran número de espectadores, que pudieron ver la exhibición del equipo inglés, "reminiscencias de un fútbol de primera clase", según Pentland. Ganaron 4-0, "aunque para El Resto, no fue una humillación caer ante un combinado de tanta categoría".
En las alineaciones de aquellos partidos "internacionales", aparecían nombres como los de Sam Wolstenholme, el más veterano de todos, con 39 años y que se había retirado del fútbol profesional bastante tiempo atrás. Ejercía de entrenador en la Liga Norte de Alemania, cuando fue detenido en Hamburgo, contratado como Pentland para preparar los Juegos Olímpicos de 1916 que no se llegarían a disputar. Llegó a profesional después de disputar un partido amistoso frente al Everton, que le ofreció un contrato inmediatamente. Después jugó en el Blackburn Rovers, el Croyden Common y el Norwich City, y fue internacional con Inglaterra. John Brearley, natural de Liverpool, tenía 29 años cuando fue internado en el campo de concentración y había jugado en el Notts Country, el Middlesbrough, el Everton, el Tottenham Hotspur y el Millwall, antes de trasladarse como entrenador a Alemania. Pero en el listado de futbolistas destacados también había otros que no fueron nunca profesionales del fútbol, como Robert Heath, que había emigrado a Alemania en 1913 y sólo jugó en los equipos de su colegio. Pentland lo define como "un espléndido espécimen de atleta con tan sólo 21 años". También destacaba Horace Morgan Davies, nacido en la localidad texana de San Angelo, en Estados Unidos, que vivía en Inglaterra desde los dos años y había alternado el fútbol y el rugby, en el que jugó con el equipo de Chesire, entre 1907 y 1902, aunque sin llegar a la calidad de su hermano, internacional con Inglaterra frente a Sudáfrica. Davies era ingeniero y ejercía como tal cuando fue detenido en Berlín. (CONTINUARÁ)
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