Mister Pentland, el prisionero / 10

A través de los escritos en la revista del campo de concentración, Pentland daba recomendaciones: "Se ruega al público que se abstenga de caminar por los campos de fútbol", o extendía el agradecimiento de los futboleros a otras "federaciones" deportivas que se habían creado en el campo: "La FA quiere dar las gracias cordialmente a la gente del criquet y del tenis por su ayuda tanto en lo que respecta a los materiales y la mano de obra, como a la preparación de los terrenos". También informaba de que "la FA se ha asignado una pequeña oficina al lado de la tienda de Dutton (en la que se vendía material deportivo propiedad del internacional alemán), pero diariamente, de 9 a 10 de la mañana y de 2 a 3 de la tarde se pondrá a disposición de las asociaciones de rugby y hockey".

Además, en sus escritos pedagógicos sobre fútbol, Pentland se extiende en la descripción de varios consejos para cada uno de los puestos en los que se fragmenta un equipo. Son, no hay que olvidarlo, lecciones para futbolistas aficionados de principios del Siglo XX, que en la actualidad pueden parecer anticuados, o incluso básicos. Algunos quedan desfasados por los cambios reglamentarios. Así, advierte a los porteros sobre cuestiones que ya no ocurren por la evolución del juego y las modificaciones en las reglas. En los años en los que Pentland escribió se podía, por ejemplo, cargar al guardameta que tenía el balón controlado, y se hacía con fuerza, incluso para que no pudiera sacar de puerta. Fuera de ese contexto, lo que cuenta puede sonar extraño: "De la interpretación de las posiciones individuales que voy a hacer, pido al lector que recuerde mis palabras anteriores refiriéndome a la irracionalidad de intentar establecer normas concretas: Las siguientes sugerencias para cada puesto son las de futbolistas que han llegado a las más altas esferas del fútbol".

Empieza con la portería: "Hay muy buenos porteros amateurs que se han aferrado a la idea de que la mejor manera de detener un disparo es caer sobre una o ambas rodillas. Esto sin duda es un excelente medio de prevención para evitar que la pelota cruce la línea de meta, pero el hecho de obstaculizar el progreso de la bola es sólo una pequeña parte del deber que incumbe a un guardameta. ¿Qué sucede con quien sujeta la pelota en la posición de rodillas? En esa postura no puede patear o lanzar la pelota. En la mayoría de los casos recoge el balón, y algunos segundos después tiene que salir de entre una multitud de jugadores que han caído sobre él, llenos de polvo o barro, y tiene suerte si no se le escapa. Además, si cae de rodillas y pone las manos para recoger el balón y éste le rebota, para un contrario, lo más fácil es poner el balón en la red, ya que el portero está de rodillas impotente en el suelo, y no puede saltar de ninguna forma".

"Es mucho mejor doblar el cuerpo, cerrar las piernas y poner las palmas de las manos vueltas hacia la dirección de la pelota. Con la práctica esto se convierte en una cosa simple de hacer. El balón toca las manos y se eleva hasta los brazos. Se puede hacer fácilmente. Luego, con el balón en sus brazos, el portero puede esquivar a un oponente, o si tiene tiempo, tirar o patear el balón. Incluso si no consigue atraparlo, como queda en pie, tiene más probabilidades de llegar a la pelota mejor que si está de rodillas. ¿Cuándo y cómo salir? Es una cuestión completamente a discreción del portero. Sin embargo, cuando un oponente se acerca hacia la meta sin ningún defensa delante, para el arquero, siempre es mejor salir hacia él, porque al hacerlo se reduce el ángulo para su disparo. Es mejor no intentar ningún truco en la portería porque un error puede significar un marcador en contra y no hay remedio una vez que la pelota ha cruzado la línea. Siempre que sea posible es mejor atrapar la pelota, pero cuando esto no puede ser, habrá que intentar golpearla con el puño, no con la mano abierta". (CONTINUARÁ)